Nuevos ministros lectores y acólitos


El compromiso y la alegría: desafíos para los nuevos ministros instituidos en el Seminario de Santiago.

 

En un ambiente íntimo y de acción de gracias se llevó a cabo la misa de institución de nuevos ministros lectores y acólitos el pasado jueves 04 de abril de 2024. En esta oportunidad, los seminaristas Pablo Ibarra y Paolo Llancaleo, de la etapa configuradora, fueron instituidos como ministros lectores. Por su parte, los seminaristas Alejandro Barrios y Edgar Soto, de la etapa síntesis, fueron instituidos como ministros acólitos. En esta oportunidad los acompañaron sus familiares y amigos junto a toda la comunidad del Seminario. 

La celebración fue presidida por nuestro arzobispo, monseñor Fernando Chomalí, quien durante su homilía destacó la importancia de reconocer la diferencia entre vivir “entretenidos” y vivir “alegres”. En el primer caso, se trata de la situación en la que se encuentra gran parte de la sociedad actual. El segundo, es la invitación que nos hace Jesús Resucitado como una actitud que trasciende toda la vida y que nos interpela a un compromiso permanente a salir de nosotros mismos. Alegría que debiera motivar a los nuevos ministros instituidos a sumarse a la aventura de la vocación a la que han sido llamados. 

La Introducción General del Misal Romano en su número 99 describe las funciones litúrgicas de estos ministerios. El ministro lector “es instituido para proclamar las lecturas de la Sagrada Escritura, excepto el Evangelio. Puede también proponer las intenciones de la oración universal, y, en ausencia del salmista, proclamar el salmo responsorial”. En el caso del ministro acólito "es instituido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Al él compete principalmente preparar el altar y los vasos sagrados y, si fuere necesario, distribuir a los fieles la Eucaristía, de la cual es ministro extraordinario”. Por ello, la recepción de estos ministerios compromete a los candidatos al presbiterado que los reciben a seguir configurando su corazón con Cristo Sacerdote, a través del servicio litúrgico y del testimonio cotidiano frente a la comunidad cristiana.  

“Contribuye de dos formas: primero, me hace cada vez más consciente de que el presbiterado está cerca y por tanto debo seguir pidiendo con más fuerza la gracia del Señor. Segundo, me va configurando más de cerca con algo central en la vida de un sacerdote: la eucaristía”, expresó Edgar Soto al ser consultado sobre la contribución del ministerio del acolitado en su última etapa de formación inicial al presbiterado.

“Implica dos cosas muy importantes. Por un lado, que uno se hace consciente de lo vital que es la transmisión de las Sagradas Escrituras, estudiarlas y transmitirlas, hacer de ellas la base formativa en nuestras pastorales. Y por otro, no menos importante, es que uno ve la ordenación sacerdotal cada vez más cerca, eso implica hacerse consciente de lo esencial que es formarse bien, dejarse acompañar, configurarse con Cristo (Verbo encarnado) y transmitirlo con amor a los hermanos”, Comentó Pablo Ibarra al referirse sobre lo que implica para él asumir como ministro lector en el contexto de su formación como futuro presbítero. 

La comunidad del Seminario se alegra por este nuevo paso en el camino formativo de estos seminaristas y se une en la oración permanente por las vocaciones y el proceso de estos ministros de la Iglesia.  

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