Habemus Papam: ¡Bienvenido Papa Francisco!

Con sorpresa y alegría fue recibida la elección del Papa Francisco en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Durante los días de cónclave los seminaristas aprovecharon sus tiempos libres –e incluso algunas horas de sueño durante la madrugada- para seguir las transmisiones especiales de televisión desde la Ciudad del Vaticano, hasta que finalmente el miércoles 13 de marzo hubo fumata blanca. De inmediato las campanas del Seminario se unieron a las de las iglesias del mundo entero y repicaron para celebrar la elección de un nuevo Sumo Pontífice, mientras los seminaristas y los sacerdotes formadores se reunieron en el Auditorio para ver el anuncio. Después de casi una hora de entusiasmo y nerviosismo, se abrieron las puertas del balcón de la basílica de San Pedro y los ojos del mundo se posaron sobre el cardenal protodiácono, Jean-Louis Tauran.

“Annuntio vobis gaudium magnum;
¡habemus Papam!:

Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum,
Dominum Georgium Marium
Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio
qui sibi nomen imposuit Franciscum”

            Los aplausos y el asombro de inmediato invadieron el Auditorio del Seminario ante el nombre del nuevo Papa, pero se intensificaron al constatar que se trataba del cardenal Arzobispo de Buenos Aires. Luego de la bendición Urbi et Orbi del Sumo Pontífice, que fue recibida con piedad y emoción, el Seminario fue convocado al Templo Mayor, donde se realizó una liturgia de acción de gracias, presidida por el Obispo de Temuco, monseñor Manuel Camilo Vial, quien se encontraba de visita en ese momento.

            Además, el domingo 17 de marzo, el Seminario se unió a la Iglesia de Santiago que convocó a una Misa de acción de gracias por el nuevo Papa en la catedral metropolitana. Más de 1.000 personas participaron de la Eucaristía, que fue presidida por el Nuncio Apostólico de Su Santidad, monseñor Ivo Scapolo, y concelebrada por el cardenal Jorge Medina; el Obispo Castrense, monseñor Juan Barros; el Obispo emérito de Illapel, monseñor Rafael de la Barra; además de vicarios y sacerdotes de la arquidiócesis. También asistió el Arzobispo Ortodoxo del Patriarcado de Antioquía, el embajador de Argentina en Chile, varios representantes diplomáticos, así como autoridades militares y civiles.

                En su homilía, monseñor Scapolo aseguró: “’Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría’, con estas palabras del Salmo 126 queremos expresar de modo particular nuestro agradecimiento al Señor por haber dado a la Iglesia el nuevo Obispo de Roma”. Además, haciendo alusión a la renuncia de Benedicto XVI agregó: “Hemos acompañado los últimos días del Pontificado del Papa Benedicto XVI con sentimientos de sorpresa, tristeza y preocupación. Tristeza por saber que no tenía más fuerza para ejercer adecuadamente el Ministerio Petrino; sorpresa por el improvisado anuncio, y preocupación por el futuro de la Iglesia. Esos sentimientos se han trasformado en alegría, agradecimiento, emoción y renovada esperanza. Al ver al nuevo Papa, sorprendidos y emocionados por su estilo y por sus palabras, gestos, hemos vivido cuanto dice el mencionado Salmo 126, ‘Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre cantares’”.